Sin bombos ni platillos en el barrio Manantial, en la parroquia Juan Gómez Rendón (Progreso), en julio del 2020, la alcaldesa de ese entonces del Municipio de Guayaquil, autoridades de la Fundación Aeroportuaria de Guayaquil, con la presencia de autoridades locales y barriales, aplicando las normas establecidas en ese entonces por el COVID-19, inauguraron la obra de alcantarillado sanitario y planta de tratamiento de aguas residuales.

Para conocimiento de la opinión pública, son más de 20 años aproximadamente de gestión y trámites para conseguir el alcantarillado.

La idea se inició en el seno de la comuna San José de Amén y hemos visto pasar muchas administraciones municipales y cabildos de la comuna, del GAD parroquial. Después de tantas promesas se concretó la obra.

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Como sabemos, el servicio de alcantarillado sanitario constituye un beneficio para la población que se traduce en la salud y bienestar de los ciudadanos. Impide que las aguas lluvias inunden zonas habitacionales. Además este sistema está encargado de hacer desaparecer las aguas negras, que son los desechos originados por la actividad de la población, con un mantenimiento adecuado y la recolección de los desechos sólidos. Será óptimo el servicio de alcantarillado para la población que crece paulatinamente.

La señora alcaldesa de Guayaquil de ese entonces, en su discurso de inauguración del alcantarillado sanitario y planta de tratamiento de aguas residuales, dijo entre otras cosas que la obra de alcantarillado era para el pueblo de Juan Gómez Rendón y que iba a beneficiar a cinco mil habitantes. También prometió que este sistema se ampliaría a todos los hogares. En su discurso también mencionó que se construiría en esta población un hospital municipal y que dentro de él se brindaría atención a las personas que padecen de adicción a drogas. Por su parte, los moradores recibimos con gran beneplácito el alcantarillado y quedamos con la esperanza de algún día tener un hospital municipal. (O)

Francisco Marcos Anastacio Valarezo, profesor, Progreso