Vemos que en nuestros días se han normalizado las clases sociales, pero se abren más las brechas entre las clases altas y bajas, independiente de las diferencias abismales en lo económico. Son esas otras desigualdades que se están dando, por ejemplo, de acceso a servicios como la educación, seguridad y protección social; las brechas digitales, desigualdad de género, desigualdad laboral, lo que nos debe preocupar. Porque se agudizan los problemas, ya que tal parece que hay una correlación entre las brechas y los problemas.

Criar no es controlar ni soltar: es sostener

Ante esta realidad cabe plantear al Gobierno algunos objetivos concretos en esta línea, caso contrario seguiremos siendo un Estado fallido, con altos índices de delincuencia y abandonado a su suerte. (O)

Cristhiam Carpio Castro, Guayaquil