He escuchado debates interesantes y por experiencia (50 años y más siendo profesor con valores cristianos) aseguro que falta la enseñanza de religión en la formación psicointelectual del niño.

Sin la religión no hay base espiritual para la enseñanza de los valores morales a los pequeños, una labor gigante para los padres de familia, los colegios, los Gobiernos y la iglesia. Es un trabajo a largo plazo, pero si comienza pronto se verán resultados en una nueva generación de jóvenes sin vicios, dedicados a los estudios, deportes, familia, al Supremo Hacedor y al amor a la patria; todos estos valores descuidados en el pénsum de educación, se reducirían a una hora semanal de cátedra, que hoy en días es desvalorizada en colegios fiscales.

En la época de Durán–Ballén, él quiso instaurar la enseñanza religiosa en los colegios, un presidente cristiano como él, se preocupa de este tema salvador de los jóvenes; pero un partido político de izquierda se sintió ofendido y la ministra de Educación se portó nerviosa y se plegó a los bochincheros, lo cual ha significado desgracias para los jóvenes. Es común ver jóvenes de aspecto famélico durmiendo en los portales por el letargo que dan las drogas, familias destruidas que sufren por sus hijos que se prostituyen a temprana edad para obtener drogas. Un campo abonado por el famoso y demencial decreto de la posesión de drogas que tuvo visto bueno del Congreso de mayoría correísta, que amaestrado lo consintió –habrá traído alegría a capos–; y Lenín Moreno, de manera pusilánime, no hizo nada para denegarlo. Espero de Guillermo Lasso y su digna esposa encaren y deroguen el decreto. Aprovecho –si acaso el presidente lee esta humilde carta– pedir que corrija la injusticia que el ‘caretuco’ cometió contra el Instituto de Higiene Leopoldo Izquierda Pérez. (O)

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José Luis González Williams, médico pediatra, Guayaquil