El papa Francisco escribió sobre “los santos de al lado”. Es verdad que podemos tener muy cerca a gente santa; para verlo solo necesitamos ojos y una actitud relacional abierta. Son esas personas de gran corazón que aman a Dios de verdad y lo demuestran en el amor a todos y en su misericordia con los necesitados. Son los caso de Carlo Acutis, (1991-2006), al que el papa León canonizó el 7 de septiembre, y el de San Pier Giorgio Frassati (1901- 1925), canonizado igualmente en Roma en el mismo día; el uno, de 15 años, todavía en secundaria, y el otro estudiante de ingeniería industrial. Comparten época –primera mitad del siglo XX–, un gran amor a Jesucristo, impulso apostólico y la misericordia con los necesitados.
La homilía del papa León en esta efemérides de canonización impacta mucho, porque no es frecuente encontrar hoy a jóvenes de alma y corazón limpios, más ocupados en llevar a Cristo a los demás y en servir a los pobres, que en diversiones y en sí mismos. Son un ejemplo para mayores y pequeños; especialmente, para los jóvenes. La Iglesia y nuestra sociedad necesitan santos de este calibre, y es de agradecer que el papa los haya tenido en cuenta y los elevara a la dignidad de los altares, para que su ejemplo cunda. (O)
Publicidad
Josefa Romo Garlito, Valladolid, España