Aunque el nombre lo dice todo, nos toca hoy repreguntarnos para qué sirve esa entidad. Es lamentable que nosotros como usuarios nos acerquemos al IESS para requerir un servicio y nos encontremos con establecimientos que ya no están aceptando a pacientes o con médicos que le dicen al paciente “no estamos cobrando”... una queja que sale desde su interior, hasta cierto punto legítima, pero que el paciente no tiene por qué resentirla, ya que el paciente sí le está pagando al Seguro para que lo atiendan, sino que no asiste porque sabe que no lo van a atender.

¿Qué está pasando? Sencillamente, no se están distribuyendo los fondos para pagarles a los médicos. Habría que ver desde hace cuánto tiempo. Hoy por hoy, en los usuarios recae finalmente todo; de ahí la pregunta ¿para qué sirve? ¿Cuántos escritorios tienen que pasar para hacer las auditorías, a fin de que pueda llegar el visto bueno y los fondos sean acreditados a los servidores médicos?

¿Cuántos escritorios tienen que pasar para hacer las auditorías, a fin de que pueda llegar el visto bueno...

¿De qué depende? El Gobierno nacional en la persona de su presidente, Sr. Guillermo Lasso, ha dicho que tiene la voluntad para ayudar, han estado destinando ya fondos para el Seguro y sin embargo aquí en el Guayas y en Guayaquil concretamente, ciudad con hospitales y servidores que albergan a gente de todo el país amablemente, tiene a los hospitales y los prestadores de servidores que no reciben lo que legítimamente les corresponde mes a mes.

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Vuelve por enésima vez la pregunta: ¿cuándo van a cambiar las cosas en el IESS, cuándo les van a pagar a los médicos, cuándo los médicos podrán atender a los pacientes y los pacientes sentirnos bien atendidos por gente y equipos tecnológicos compensados y soportados por aquel único ente colegiado al que le corresponde por ley hacerlo? ¿Será que nos toca, como siempre, decir: ¡Hasta cuándo, padre Almeida!? (O)

Eugenia Janeth Fuentes Pérez, magíster en Diplomacia, Guayaquil