El himno nacional es uno de los símbolos patrios más hermosos que tenemos, y hago énfasis en la primera estrofa: “Indignados tus hijos del yugo que te impuso la ibérica audacia, de la injusta y horrenda desgracia que pesaba fatal sobre ti, santa voz a los cielos alzaron, voz de noble y sin par juramento, de vengarte del monstruo sangriento, de romper ese yugo servil”. Letra por Juan León Mera, que refleja la infamia de los abusadores y bandoleros, truhanes y delincuentes.

Es necesario conocer la historia para no descontextualizar y solo basta un poco de interés y conocimiento porque ni siquiera es necesario haber estudiado en las grandes universidades del mundo, como Stanford, Cambridge, Lyon, La Sapienza, etcétera. Porque solo es reconocer la extensión y el grave daño infligido a toda una nación a través de acciones ruines de los supuestos conquistadores.

No me cabe la actitud artera que esconde un genuino servilismo aprovechado para lograr casi a irrestricto ruego lo que no puede con diálogo, inteligencia y decoro. Señor presidente, querer agradar al rey de España y a los posibles inversionistas afirmando que no hay ofensa y, por lo tanto, no hay necesidad de pedir perdón. Ellos fueron los que se llevaron todo hasta el último aliento de nuestros indígenas, recuérdelo. (O)

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Pedro Giovanni Lucio Chávez, economista, Guayaquil