Se apagó el fuego del terrible proyecto original de despenalización del aborto por violación, pero aún quedan calientes brasas que pueden quemar y hacer mucho daño. Persiste el gravísimo peligro de que partidarios del aborto se aprovechen del veto parcial, para llevar a humildes e ingenuas mujeres a la criminal práctica del aborto provocado, muerte cruel de inocentes en el vientre de sus propias madres que las deja profundamente heridas de la mente y el corazón.

Sugiero al señor presidente Lasso que una de sus prioridades sea evitar por todos los medios legítimos el aborto oficial en hospitales públicos, clínicas privadas, al amparo de una ley gravemente injusta que activaría un brutal crecimiento de dicha práctica como se realiza en muchos países que van camino a la autodestrucción. Conformar una comisión de protección permanente al hijo por nacer, con trabajo de prevención y vigilancia, y bloquee los crímenes contra pequeños indefensos en el seno materno. La comisión sería uno de los logros más meritorios del gobierno de Guillermo Lasso, considerando que el derecho a la vida es fundamental, y después vienen todos los demás derechos. (O)

José Miguel Páez Jorquera, médico, Guayaquil