Siempre he considerado que una buena higiene personal equivale a amor propio y más aún cuando esa higiene está inmersa en tu lugar de trabajo. El otro día, temprano por la mañana, me topé con un compañero de uno de los pisos del edificio en el que trabajo, y a pesar de que eran las ocho de la mañana de esta persona emanaban unos aromas realmente terribles. A su alrededor, los otros compañeros lo notan y no le dicen nada, supongo, por no hacerlo pasar un mal rato.

Con pequeñas acciones como ducharse por la mañana, usar desodorante, un poco de perfume o colonia y lavarse los dientes, se puede hacer una gran diferencia. Mantener una buena higiene personal no solo nos ayuda a estar limpios, sino también a sentirnos bien con nosotros mismos y mostrar también una imagen profesional ante todos.

Mi consejo para todos, una buena higiene personal puede evitar que les hagan malos comentarios y recuerden que esta no solo se debe aplicar en lo laboral, sino en todos los ámbitos de la vida. (O)

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Yleen Morán, Guayaquil