En WhatsApp vi unos vestidos bonitos y al ratito vi la noticia de otra persona fallecida; así estamos, tratando de seguir adelante en medio de tan tristes noticias. Sin embargo, la fragilidad de la vida es más evidente que nunca y debemos –a veces haciéndonos los valientes– sacar fuerzas de donde no hay, sin permitirnos llorar mucho porque pareciera que si lloramos mucho la vida también se nos va.

La muerte se filtra en la cotidianidad de la vida. Mientras escribo, no dejan de pasar los vehículos por la avenida Vernaza, esta fluidez vehicular me lleva a pensar que a pesar del dolor, la vida sigue y esto me da esperanza. (O)

Rosalba del Pilar Muñoz Coello, licenciada en Periodismo, Salitre