Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois (Estados Unidos), en el seno de una familia católica. Esta herencia marcaría profundamente su identidad y misión pastoral.
Desde joven ingresó a la Orden de San Agustín (OSA), donde profesó sus votos solemnes en 1981 y fue ordenado sacerdote en 1982. Completó estudios superiores en varias instituciones: es licenciado en Matemáticas por la Universidad de Villanova, máster en Divinidad por Unión Teológica Católica de Chicago y doctor en Derecho Canónico por la Universidad Angelicum.
Prevost, de 69 años, es natural de Chicago (Illinois, Estados Unidos) y ha desarrollado gran parte de su carrera en Sudamérica. Trabajó durante diez años como misionero en Trujillo, Perú, y más tarde fue obispo de Chiclayo, otra ciudad peruana. Es ciudadano peruano desde 2015.
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En 1985 fue enviado como misionero agustino al Perú, país que se convertiría en su segunda patria. Sirvió en Chulucanas, luego en Trujillo, donde fue formador, prior y docente. A lo largo de más de dos décadas, Prevost desarrolló una sólida labor pastoral y educativa que lo acercó profundamente al pueblo peruano, adquiriendo también la nacionalidad peruana.
San Agustín, a propósito del nuevo papa
En 2015 fue nombrado obispo de la diócesis de Chiclayo, donde permaneció hasta su llamado al Vaticano. También fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana entre 2018 y 2023. Prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina (2023-2025) y nombrado cardenal en septiembre de 2023.
Dirigiéndose a la multitud en su primer discurso como papa León XIV agradeció a su predecesor el papa Francisco y habló de “unir a todos los pueblos del mundo en paz” y de crear “una iglesia que construya puentes y abra sus brazos al mundo como esta plaza”. León XIV pronunció su discurso en un italiano correcto, pero un poco entrecortado, pero se explayó en un español mucho más fluido para saludar al pueblo peruano y dar las gracias a sus amigos y a su personal, lo que provocó una oleada de vítores entre los hispanohablantes de la multitud.
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En medio de la antigua pompa y ceremonia del Vaticano, bañado por la hermosa luz de una tarde de primavera romana, el excardenal Robert Prevost salió al balcón de la Basílica de San Pedro como el primer papa nacido en Estados Unidos de la historia. Tomó el nombre papal de León XIV.
De Chulucanas a Macará está muy cerca, una hora y media de viaje, en Buena carretera, por eso tengo una ilusión, un sueño, que cuando el sumo pontífice visite la iglesia de Chulucanas, vaya a Macará, lo cual sería una actitud extraordinaria que garantizaría la paz entre los pueblos hermanos de Ecuador y Perú. Bueno soñar, no cuesta nada. Esperemos. (O)
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Alfredo Suquilanda Valdivieso, doctor en Jurisprudencia, Quito