Las personas han contaminado el ambiente con basuras, quemazones los 31 de diciembre, con juegos pirotécnicos, lanzan residuos industriales y tóxicos a los ríos, mar, océanos; explotan el suelo con la minería ilegal y los negocios de canteras, los cuales destruyen cerros; con productos químicos; talas de árboles; robo de arena; tráfico de animales, etc., y hoy en día la naturaleza está más revelada con erupciones de volcanes, tsunamis..., y un virus chiquito que ha dominado a todo el mundo con la pandemia más grande de la historia, y los científicos han creado vacunas, sacan nuevas al mercado, pero el combate del coronavirus no termina; decían que duraba cinco meses, un año, dos y todo el mundo iba a volver a la normalidad. Sin embargo, la vida normal nadie la puede vivir mientras el COVID–19 no se haya combatido o neutralizado con un medicamento eficazmente comprobado.
El COVID–19 contaminó todos los continentes. El que se saca la mascarilla, no respeta los protocolos de bioseguridad, no se inyecta las vacunas..., es la persona más vulnerable para que la atrape esta enfermedad, que tiene contaminado al mundo. (O)
Ilse H. de Paredes, avenida Samborondón
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