No es ajedrez, damas, ni otros juegos que ponen y sacan fichas. No es que un ministro de salud sale y otro entra; todo se curó.

El problema es la falta de una verdadera política de salud pública, de prevención y de atención de graves crisis como la que tenemos por el COVID y la famosa vacunación tan cuestionada. Corrijan, el pueblo exige ser vacunado con las dosis y tipos de vacunas más eficaces y de una manera digna, no con maltratos en sitios distantes ni con aglomeraciones. (O)

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Amelia G. de Gonzales, Quito