Desde hace varios años en Guayaquil se observa la presencia de gente que vive en las calles, especialmente en la zona céntrica, comercial, y en las grandes avenidas que tienen pasos elevados, donde se refugian este tipo de personas con grave detrimento al atractivo urbano y a la seguridad ciudadana.

Sugiero al señor alcalde Aquiles Alvarez que contacte a directivos de organizaciones de beneficencia social para que en algunos edificios y estructuras que están abandonadas construyan grandes casas de acogida para que puedan proporcionar lugares de permanencia para estas personas abandonadas por sus familiares, como es el caso de los jóvenes con adicción a las drogas.

En las calles de Guayaquil se evidencia a personas con síntomas similares a los que causa el consumo de fentanilo

Existen parroquias religiosas que brindan comidas a centenares de personas sin hogar. Este servicio podría ampliarse con el apoyo de otras entidades sociales que puedan proporcionar ropa para que estas personas las reciban en un lugar seguro, donde puedan asearse, descansar y se evite que salgan a las calles a ofrecer deprimentes espectáculos, como los que hoy vemos a diarios por diversos sectores de la ciudad.

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El Departamento de Acción Social del cabildo debe ser el encargado por la autoridad municipal para que haga los contactos y coordine estas acciones benéficas con las organizaciones que siempre están listas a socorrer a los más necesitados, como es el caso al que nos referimos.

Ojalá esta sugerencia tenga la acogida de las autoridades de la ciudad, a fin de poder conseguir ayuda para las personas sin hogar y con adicciones que se encuentran en situación de calle, que hoy en día están desamparados de la acción social de las autoridades.

De esta forma se podrá presentar a la ciudad como una metrópoli, digna de recibir el turismo nacional e internacional, que dejará muchos recursos económicos al sector productivo de la urbe. (O)

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José Ignacio Gorotiza Véliz, Periodista, Guayaquil