Acá en el Ecuador tenemos unos coyotes especiales, se parecen al ser humano y son tan astutos que se enriquecen a costa de la gente humilde, les pintan grandes sueños, les cobran extraordinarias sumas de dinero y hasta tan sabidos son, que les dan crédito pero con garantía, generalmente es su casa; para llevar gente al “sueño americano”. Hay veces que cumplen, otras no, pero igual cobran su dinero.

Muchas veces la gente muere en el intento y a los coyotes no les importa. Sabemos que habitan fundamentalmente en las provincias de Cañar y Azuay. ¿Qué hacen las autoridades? Vemos en los medios esta situación. ¿Por qué a los afectados no se les pide que denuncien a los coyotes y darles la calidad de testigos protegidos? ¿Por qué la Policía no hace inteligencia sobre esta situación? ¿Por qué la Fiscalía no actúa? Vivimos en un país de Ripley. (O)

Álvaro Luque Benítez, abogado, Guayaquil