Una mujer de 88 años es una de las más recientes víctimas de las “inquiokupación” en España. Se llama Carmen y contó recientemente la pesadilla que vivió desde hace un par de años.
Aparte de la negativa de pagar o desalojar la vivienda, los okupas le gritaban, le lanzaban amenazas y la intimidaban con unos perros.
La octogenaria señaló que los dos últimos años han sido de pura “desesperación”.
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Carmen alquiló la parte baja de su vivienda a un matrimonio que decidió no pagarle más.
De acuerdo con ABC, contó lo que le han hecho sus inquiokupas, a manera de desahogo en el programa “La mirada crítica”: “Me pagaron el primer mes, entraron en septiembre de 2023”.
Cuando la deuda superó los 8 mil euros (9.350 dólares), fue a reclamar.
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Un nieto de esta mujer de 88 años explicó el caso que ha vivido junto a su abuela: “Pagaron tan solo el primer y el segundo mes. A partir del tercer mes ya no recibimos ingresos y nos dijeron que se quedaban allí que no pagaban nada”.
“Nos dicen que la ley es la ley y que ellos no se van de allí y que ahora mandan ellos”, añadió el nieto.
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La mensualidad era tan solo de 400 euros, por una “casa familiar de campo” que se había reformado con el dinero de su abuela.
“Llorar lágrimas de sangre”
Una dura amenaza fue muy dura y como la gota que derramó el vaso: “Vieja no tienes ningún derecho. Si nos vamos de esta casa, vas a llorar lágrimas de sangre de cómo le vamos a dejar la casa”.
El caso de la abuela Carmen llegó a la TV, donde Tamara, la okupa de la vivienda de la anciana dijo que se iría “en el momento oportuno, no antes”.
A la octogenaria y a su nieto buscaban meterles miedo con “soltarles los perros de presa” que los okupas tienen.
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“Salen con los dos perros y me dicen:
-‘Te vamos a soltar los perros’, narró la abuela a la TV.
-“Y les digo que lo hagan que no les tengo miedo”, remató la abuela.
A comienzos de esta semana, en El Español publicaron que “Carmen Carnicer, la pensionada de 88 años, volvió a su vivienda familiar tras un año y medio de okupación ilegal”.
La emoción la superó y lloró.
Recuerdan que el caso lo publicó El Español de Aragón hace dos semanas, ganó rápidamente proyección nacional. (I)