Rusia, y muy especialmente su presidente Vladimir Putin, han vuelto a disgustar al mandatario estadounidense, Donald Trump, por no ver un punto de inflexión ante la guerra con Ucrania, que suma ya más de tres años.
La posición de Putin fue analizada por la directora del Instituto Finlandés de Política Exterior, Sinikukka Saari.
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Citada en los medios Huffington Post y Uusi Suomi, Saari señala: Rusia quiere limitar la independencia de Ucrania; en segundo lugar, quiere derrocar el orden de seguridad europeo y asumir un papel más importante; y, en tercer lugar, quiere recuperar su posición global en política de seguridad”.
Para la analista, el cambio en la estrategia de Rusia es notorio: “Se ha vuelto mucho más agresiva que antes”.
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Decepción de Trump
Sobre el futuro de Ucrania y el papel de Rusia, el presidente Trump recibió, en agosto pasado, en Alaska a su homólogo ruso.
Trump ha apostado a la paz, pero, hace unos días, cuando la BBC le consultó si había terminado su relación con Putin, el presidente respondió: “Estoy decepcionado de él, pero no he roto con él. Pero estoy decepcionado de él”.
Señala la agencia EFE que Trump pensó que negociar con Putin el fin de la guerra de Ucrania sería más sencillo, pero “está matando a mucha gente”.
“Me honra mucho decirles que hemos resuelto siete guerras, siete guerras irresolubles, guerras que no se podían negociar ni resolver (...) La que pensé que sería más fácil fue por mi relación con el presidente Putin. Pero me ha decepcionado; realmente me ha decepcionado”, apuntó Trump en una rueda de prensa ofrecida, el 18 de septiembre, en Reino Unido.
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El Kremlin trató de no echar mucha leña al fuego y respondió que Trump se muestra muy “emocional” a la hora de hablar del asunto ucraniano, lo cual es “totalmente comprensible”.
El portavoz del Kremlin insistió en que también Putin quiere solucionar el asunto a través de medios político-diplomáticos y “hace mucho para ello”.
Violaciones de espacio aéreo
Hanna Notte, directora de programa del Centro James Martin, piensa que con las violaciones del espacio aéreo por parte de Rusia en las últimas semanas, el Kremlin está poniendo a prueba tanto la reacción de la OTAN como la del presidente de Trump.
El canciller alemán, Friedrich Merz, afirmó que los países aliados no permitirán que se sigan produciendo violaciones del espacio aéreo con aviones y con drones rusos como las que han tenido lugar en los últimos días y semanas por parte de Moscú.
Lo que sucede, sobre el giro en Rusia, “puede ser una reacción al hecho de que el miedo a la Administración Trump ha obstaculizado el deseo de Putin de invocar la amenaza nuclear”, opina Notte.
Samuel Charap, investigador del centro de estudios Rand, piensa: “Nos enfrentamos a un momento sin precedentes. Se trata principalmente de las intenciones agresivas de Rusia. Probablemente nos encaminamos hacia una situación similar a la de la década de 1950: una situación inestable donde las viejas reglas ya no se aplican”.
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El Gobierno alemán rehusó el 24 de septiembre pronunciarse sobre el posible derribo de aviones rusos que penetren en el espacio aéreo de un país de la OTAN, tras los incidentes del viernes pasado en Estonia, lo que justificó con la necesidad de mantener la ambigüedad estratégica.
Rusia sigue atenta a lo que se dice. Señala que las denuncias son infundadas.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, advirtió: “Las declaraciones sobre el derribo de aviones rusos son, como mínimo, imprudentes e irresponsables, y, por supuesto, peligrosas por sus consecuencias”. (I)