Rusia sigue imparable en su plan de apoderarse de territorios de Ucrania. Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022, los mecanismos de guerra se han ido moviendo en ambos frentes, cada uno tratando de imponerse ante el enemigo.
Si bien Ucrania en principio tomó la delantera con el uso de drones kamikaze, Rusia se ha venido montando con firmeza en la incorporación de distintos vehículos no tripulados en el frente de batalla.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo que “solo en julio de 2025 los rusos utilizaron contra Ucrania más de 5.100 bombas aéreas guiadas, más de 3.800 drones Shahed, casi 260 misiles de distintos tipos, de los cuales 128 eran balísticos”.
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De acuerdo a un informe divulgado por el Institute for the Study of War (USW), las “fuerzas rusas están emboscando las Líneas de Comunicación Terrestres (GLOC, por sus siglas en inglés) de Ucrania, su personal y equipo militar mediante drones durmientes controlados por fibra óptica, o drones modificados para operar en tierra en modo de espera de bajo consumo durante periodos prolongados”.
Rusia emplea drones durmientes de bajo costo
Según USW, las “fuerzas rusas despliegan estos drones durmientes en lugares como tejados, colinas y carreteras, tras lo cual aterrizan, se apagan y permanecen electrónicamente silenciosos y físicamente inactivos”.
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Esto gracias a la integración de “un módulo Gibernator (hibernador) en los drones FPV rusos que permite a las fuerzas rusas hibernar durante varias semanas y activarlos remotamente para lanzar un ataque sorpresa de precisión contra objetivos ucranianos”.
La letalidad de los drones durmientes rusos consiste en un cable de fibra óptica, que si bien es una tecnología que tiene años de uso, es perfecta para hacer “indetectables para la mayoría de los sistemas de guerra electrónica, pues no emiten emisiones de radiofrecuencia”.
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Los drones durmientes de bajo coste y alta letalidad pueden ejecutar ataques de precisión desde posiciones ocultas, subraya el USW. (I)