Una mujer que fue condenada a muerte podría ser la primera persona transgénero en ser ejecutada en el estado de Misuri, en Estados Unidos.

Se trata de Amber McLaughlin, de 49 años, que fue declarada culpable de matar a una exnovia en 2003 en un suburbio de la ciudad de San Luis, en Misuri, antes de su transición.

A menos que el gobernador del estado le conceda el indulto, McLaughlin recibiría una inyección letal por el crimen.

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Según lo recopilado por las autoridades en el 2003, McLaughlin estaba desconforme con la separación de su novia y llegó a acosarla hasta que ella pidió medidas de protección.

El día del crimen, McLaughlin la esperó a la salida del trabajo con un cuchillo de cocina. Beverly Guenther fue violada y apuñalada y su cuerpo fue arrojado al río Mississippi.

Al final de su juicio en 2006, un jurado la declaró culpable del asesinato, pero no pudo ponerse de acuerdo sobre la sentencia. El juez de primera instancia intervino e impuso la pena de muerte, una intervención permitida en los estados de Misuri e Indiana.

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Dado que fue el juez y no el jurado quienes pidieron la pena de muerte, los abogados de la mujer solicitaron al gobernador Mike Parson que conmutara su sentencia por cadena perpetua.

“La pena de muerte considerada aquí no refleja la conciencia de la comunidad sino la de un solo juez”, argumentaron en su pedido de clemencia, que también señala la difícil infancia y los trastornos psiquiátricos de McLaughlin.

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Sin embargo, Mike Parson no ha concedido el indulto a ninguna solicitud de clemencia desde que asumió el cargo en el 2018.

Los informes de prensa dicen que McLaughlin comenzó su transición de género en los últimos años, pero ha seguido recluida en la sección de hombres del corredor de la muerte en Misuri.

Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC), que busca abolir ese castigo en Estados Unidos, en el país todavía no se ha ejecutado a ninguna persona abiertamente transgénero. (I)