Un joven militar ruso fue víctima de una doble explosión mientras cumplía con la misión de encontrar refugios naturales que sirvieran como emplazamientos para las fuerzas de su país, que libra una guerra contra Ucrania desde hace más de tres años. Producto de esas deflagraciones perdió sus piernas, pero no el deseo de combatir.
Serguéi Krótov, de 23 años, cuenta los minutos de terror que vivió y revela su deseo de volver a servir en el frente de batalla.
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El joven se alistó como voluntario al Ejército y fue enviado a una división de Infantería Motorizada de la Guardia del Distrito Militar Sur. Su unidad estaba en la zona de Kurájovo, en la República Popular de Donetsk, detallan en RT.
Cuando su grupo recibió la orden de hallar los refugios, señala que a unos kilómetros del punto de apoyo, detectó un dron ucraniano.
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Para que el “enemigo” no ubicara a un grupo de soldados rusos, Serguéi Krótov decidió avanzar solo.
“No me iba a rendir”
“Me quedaban unos 300 metros para llegar a las trincheras enemigas cuando, sentí una explosión bajo mi pierna izquierda. En estado de ‘shock’, con la adrenalina a tope, no sentí dolor, era como si estuviera mirando a otra persona, no a mí mismo: me volaron medio pie junto con la bota, dos dedos sobresalían y la sangre brotaba a borbotones”, describió.
Él pudo vendarse sus impactantes heridas y regresó a la base.
El cumplimiento del deber pudo más y decidió seguir luchando.
“En lugar del botiquín, cogí una granada. No me iba a rendir“, recordó.
Para Krótov, esos minutos fueron realmente duros. Otra explosión estaba por cruzarse en su camino.
Dos drones enemigos llegaron al lugar, pero Serguéi fingió estar muerto. Muy pronto se dio cuenta de que estaba en un campo minado y, analizando el terreno, se dirigió a otros militares rusos, narraron en RT.
“Con la ayuda de mi compañero, me levanté, me apoyé en su hombro y salté con la pierna sana. Y entonces se produjo una segunda explosión“, contó Krótov.
Dramáticos momentos... La pérdida de sangre era alarmante. Cuando empezaba a desvanecerse, lo auxiliaron para ser llevado a un centro hospitalario.
Krótov fue operado en Donetsk y llevado, luego, a San Petersburgo.
Volver al frente de guerra como instructor de drones
Este joven estudiaba arte dramático de Cherkessk antes de entrar como voluntario al Ejército.
En su recuperación conoció a Alisa, de quien se enamoró y son novios.
Ambos estudiaron y fueron certificados como operadores de drones, son instructores de pilotos de estos equipos.
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Los dos quieren ir al campo de batalla. Esperan sean comprendidos. La negativa a Serguéi es por sus prótesis. A Alisa la autorizan, como mujer, solo a prestar servicio en el cuartel general, explicaron en RT.
“Esperamos que la formación nos abra el camino al frente”, dice la pareja que además admite: “Tenemos motivos para vengarnos”.
Serguéi y Alisa enfatizan con el deseo de recibir otra oportunidad: “Queremos ser útiles en la zona de combate”. (I)