Los seres humanos cuentan con una historia llena de mitos y verdades que le van dando sentido a todo lo que puede parecer imposible. Algunas generaciones crecieron con historias que consideraron ficticias hasta que alguien demostró que se trataba de algo real.
Y es que hay personas que se dedican precisamente al hallazgo de tesoros históricos para la humanidad, tales como como el ocurrido recientemente en las cercanías de la localidad italiana de Pozzuoli, señala el portal AS.
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Un templo sumergido en las aguas italianas
Los arqueólogos encontraron a lo largo de la costa italiana y cerca de Nápoles, altares antiguos y losas de mármol que contenían inscripciones. Estos hallazgos pueden estar posiblemente relacionados a los restos de un templo de 2.000 años de antigüedad que fue construido por migrantes de Nabatea (antiguo reino de la península arábiga).
Como un dato interesante, el “tesoro” de este reino fue tallado en la roca que aparece en la película ”Indiana Jones y la última cruzada”.
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No obstante, dicho templo luego fue enterrado bajo una mezcla de hormigón y cerámica rota, al parecer porque los comerciantes extranjeros abandonaron la zona, según explica un estudio publicado el 12 de septiembre en la revista Antiquity.
Según revela el primer autor del estudio al portal Live Science, Michelle Stefanile, este se trató de “uno de los descubrimientos más inesperados”.
La historia del templo
El templo está ubicado frente a la costa de Pozzuoli, ciudad que a su vez está en la zona volcánica de Campi Flegrei, a unos 16 kilómetros al este de Nápoles. Pero, en la época romana se le conocía como Puteoli y era un puerto donde atracaban barcos de todo el mundo romano para traer productos comerciales como el grano.
La actividad volcánica que se ha presentado por siglos ha cambiado de manera significativa la costa de Pozzuoli, de modo que al rededor de 2 km de almacenes de la época romana y otros edificios relacionados al antiguo distrito portuario se han sumergido y preservado.
Es por ello que los artículos recuperados del mar datan del siglo XVIII sugieren que había un templo enterrado, pero nadie sabía exactamente dónde.
(I)