Ronald Clucas, del Reino Unido, solo necesitó de un detector de metales para encontrar un fragmento de un brazalete de oro trenzado con más de 1.000 años de historia: se trata de un extraño tesoro de los vikingos que solían vivir en la Isla de Man, una isla que se encuentra en el Mar de Irlanda, entre Gran Bretaña e Irlanda. De acuerdo a National Geographic, este hallazgo da pistas sobre la artesanía joyera de hace un milenio.