Las cifras de muertes violentas en Ecuador están en rojo. Entre enero y octubre de este año el Ministerio de Gobierno registró 1.049 casos, algo que no había sucedido desde 2014, cuando se reportaron 1.092 crímenes en ese mismo periodo.

De acuerdo con esas estadísticas, los asesinatos en el país se elevaron desde finales del año anterior y se mantuvieron así hasta que se inició la pandemia, en marzo pasado. Ese mes se registró un importante descenso, pero luego las muertes violentas se fueron incrementando hasta que llegaron al pico en octubre.

Este mes fue el más violento de los últimos siete años. Se registraron 134 muertes a nivel nacional. No se había visto una cifra así desde enero de 2014, cuando se reportaron 151.

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El Ministerio de Gobierno aún no ha publicado las cifras de noviembre.

Los cantones donde más se incrementaron los asesinatos en este año con respecto del anterior son Naranjal, con un aumento del 150 %; Durán, con el 125 %; Machala, con el 52 %; Manta, con el 50 %; y Puebloviejo, con el 44 %. Cerca del 30 % de las muertes registradas a nivel nacional ocurrieron en Guayaquil.

La mayoría de crímenes se cometieron con armas de fuego, el 59 %. En el 26 % de los casos se usaron armas blancas. El resto se ejecutaron con armas contundentes, constrictoras (estrangulamientos) y sustancias letales (veneno).
Las víctimas, en su mayoría, tenían entre 25 y 39 años.

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Pero ¿cuánto puede tomar investigar cada crimen y encarcelar a los culpables?

En algunos casos años, pero por ejemplo Alondra Pulache, cuyo padre fue asesinado en Durán en enero (hace once meses) por robarle su carro, cuenta que hay un sospechoso con medidas cautelares que va a firmar cada jueves a la Fiscalía y que hace dos semanas se detuvo a otro sospechoso, el que fue encerrado en la Penitenciaría del Litoral.

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Ella aún no sabe cuántos meses más puede tomar el proceso ante los tribunales antes que conseguir una sentencia y lograr algo de justicia.

Plantones por muertes
Cuenca y Santo Domingo de los Colorados han sido sacudidas esta semana por muertes violentas en las que aún no se ha detenido a nadie.

Uno de los casos es el de Juan Bermeo, quien había salido a correr en la madrugada y fue acuchillado por un ladrón en Cuenca. Su familia dice que nadie les da una respuesta sobre lo ocurrido. Los deudos indican que no hay testigos, registros en cámaras de videovigilancia o evidencias.

La otra protesta la realizaron grupos de mujeres y allegados a Cristina Balcázar, una embarazada de 38 años que fue torturada, maniatada y ahorcada. El cuerpo fue hallado esta semana tras diez días desaparecida. Tampoco hay detenidos en el caso. (I)

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