El empresario colombo-venezolano Álex Saab, quien permanece detenido en Cabo Verde -país insular africano- por ser el presunto testaferro de Nicolás Maduro, será extraditado a Estados Unidos. Sin embargo, él aún trata de que no ocurra esto.

"Me veo obligado a escribirle, dada la gran injusticia que se ha cometido", empieza una carta de Saab al primer ministro de Cabo Verde, Ulisses Correia, en la que afirma tener supuestamente inmunidad por ser enviado especial de su país y al cual desea regresar, Venezuela.

Saab fue detenido el 12 de junio mientras hacía una escala en viaje como enviado especial del régimen de Maduro a Irán, donde negociaría el intercambio de combustible y otros productos.

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Según Saab, lo bajaron del avión en que iba con una supuesta alerta roja de la Interpol, aunque afirma que la alerta roja se emitió oficialmente el 13 de junio, horas después de que lo detuvieron.

Añade que quisieron obligarlo a que firme una orden de extradición voluntaria, pero que se negó y que lleva más de 50 días detenido ilegalmente.

Insiste en que todo es parte de las acciones de Estados Unidos para cambiar de régimen en Venezuela y que las acusaciones en su contra son falsas, según una publicación de Infobae.

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Incluso afirma que Estados Unidos siempre ha menospreciado a Cabo Verde, a quien le sería más beneficioso una relación con Venezuela. "Como enviado especial de mi país puedo ayudar a Cabo Verde más de lo que Estados Unidos lo hará en 100 años", apuntó.

Las acusaciones sobre Saab

Saab Morán, junto con su socio Álvaro Pulido, son acusados desde julio del 2019 por lavado de dinero por Estados Unidos, según un esquema de sobornos, en el cual habrían transferido 350 millones de dólares fuera de Venezuela a cuentas en el extranjero que ellos poseían o controlaban.

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De acuerdo al Departamento de Tesoro de Estados Unidos, desde el 2009 explotó sus lazos con el régimen de Nicolás Maduro, "pagando con frecuencia sobornos a funcionarios del gobierno de Venezuela para ganar contratos gubernamentales sobrevalorados".

Junto con su socio comercial se les asignó un contrato para construir 25 000 viviendas en Venezuela. El mismo se pagó por cuatro veces más del valor real de cada hogar destinado a la población vulnerable. En 2011 les entregó un contrato para limpiar la tierra para la construcción de viviendas en Vargas que les permitió acceder a funcionarios del régimen.

En el 2016 se creó el programa CLAP que consiste en la entrega de caja con raciones de alimentos subsidiados. Saab y Pulido idearon una estructura corporativa para adquirir la comida y enviarla a Venezuela a un precio más rentable para ellos. "Saab obtuvo ganancias sustanciales e importó solo una fracción de los alimentos necesarios para el programa CLAP", dice un comunicado de la institución.

Añade que Saab y Pulido utilizaron negocios en México que ya controlaban y en Venezuela para así estar exentos del pago de impuestos de importación.

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A principios de 2018, Maduro le otorgó a Saab el monopolio de la venta de oro extraído ilegalmente de las selvas del Arco Minero del Orinoco. El Departamento de Tesoro dijo que Saab trabajó con el exvicepresidente venezolano y actual ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, para montar esa estructura, que tuvo apoyo del Bandes y del Banco Central de Venezuela (BCV).

Desde noviembre pasado, Saab y su esposa italiana, Camilla Fabri, están siendo investigados en Italia por su supuesta participación en una red de lavado de dinero de los subsidios para Venezuela relacionados con el programa CLAP, que tiene unos 16 millones de beneficiarios, indicó la prensa italiana.

Las autoridades estadounidenses creen que el empresario conoce muchos secretos sobre el líder socialista, su familia y asesores cercanos que supuestamente desviaron millones de dólares en contratos del gobierno, mientras muchos pasan hambre en la nación petrolera. (I)