“La imposibilidad de Venezuela para hacer frente a la pandemia de COVID-19 podría provocar que más personas intenten irse del país. Esto desbordaría aún más los sistemas de salud de los países vecinos, poniendo en peligro más ampliamente la salud en la región, dice la doctora Kathleen Page, docente de la Universidad Johns Hopkins.

Los Centros de Salud Pública y Derechos Humanos y de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins junto con Human Rights Watch (HRW) afirman, en un nuevo informe sobre el colapsado país sudamericano, que es fundamental asegurar que llegue suficiente ayuda humanitaria al pueblo venezolano de forma urgente.

Las organizaciones de DD. HH. dicen que debido a la absoluta falta de preparación del sistema de salud del país para la llegada de la pandemia, el riesgo para la población se agudiza y podría contribuir a la propagación del virus.

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El régimen de Nicolás Mauro reportó hasta esta semana unos 1200 casos confirmados de coronavirus y 11 muertos; sin embargo, las cifras son cuestionadas por HRW y la Universidad Johns Hopkins, que alegan que seguramente son mucho mayores.

“La escasa disponibilidad de pruebas confiables, la total falta de transparencia, la persecución contra profesionales de la salud y periodistas, el hacinamiento en zonas populares y cárceles, y los problemas generalizados para acceder al agua en hospitales y hogares”, mencionan las instituciones como las causas para que el virus se extienda con rapidez.

“Creemos que las cifras, las estadísticas que proporciona el Gobierno de Venezuela, las estadísticas de Maduro son absolutamente absurdas y no son creíbles”, asegura José Miguel Vivanco, director de HRW para las Américas, y dice que una estimación conservadora podría situar los fallecimientos en al menos 30 000.

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“Venezuela tiene 30 millones de habitantes y con las condiciones actuales de falta de agua y de gente que debe salir de su casa a buscar agua, un estimado conservador es que el 1 % sea infectado con el virus”, agrega la doctora Page.

Las organizaciones dicen que el sistema de salud de Venezuela ha colapsado y que la escasez de medicamentos e insumos médicos, la interrupción del suministro de servicios públicos básicos en centros de salud y la emigración de trabajadores sanitarios han provocado una reducción progresiva de la capacidad de proveer atención médica.

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Venezuela ocupa el puesto 180 entre 195 países en el Índice de Seguridad Sanitaria Global de 2019, lo que asegura que está entre los países menos preparados para mitigar la propagación de una epidemia.

Un dirigente sindical médico informó el 21 de mayo que un sondeo de 16 hospitales y centros de salud en Caracas reveló que había escasez de agua en 8 de ellos, de guantes en 7 y de jabón y desinfectante en 15; que en ocho hospitales tampoco hay mascarillas y que en 13 las estaban reutilizando.

En el ámbito nacional, otra encuesta sobre el impacto del virus del 16 de mayo reportó que había escasez de guantes en el 57,14 % del sector salud, de mascarillas en el 61,9 %, de jabón en el 76,19 % y de alcohol desinfectante en el 90,48 %.

“La situación en el país sudamericano, devastado por una crisis política y económica y sin agua corriente de manera continua en el 70 % de los hospitales, es una bomba de tiempo”, afirma Vivanco y dice que los Gobiernos preocupados por la situación venezolana deberían financiar las iniciativas humanitarias de la ONU.

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Pese a la situación del país, Venezuela iniciará desde el lunes una flexibilización de la cuarentena, vigente desde el pasado 16 de marzo.

“Ya he analizado todos los elementos necesarios para ajustar la vida económica del país”, dijo Maduro, quien ha recibido la presión por parte del sector industrial y comerciantes desde hace varias semanas para reanudar operaciones parcialmente.

Gobierno de Maduro critica reunión de la UE

El gobierno de Nicolás Maduro calificó de “espectáculo fraudulento” la conferencia de donantes organizada el martes por la Unión Europea, donde recolectó unos $3000 millones para fondos de ayuda a los millones de venezolanos que han abandonado el país por la crisis. El Gobierno consideró la iniciativa como un “evento mediático ideologizado” para atacarlo, según un comunicado.

"Venezuela deplora el fraudulento espectáculo organizado por un grupo de gobiernos, autoproclamados donantes de la Unión Europea, que pretende engañar a la comunidad para legitimar sus continuadas acciones intervencionistas mediante falsas y precarias promesas de fondos, supuestamente dirigidos a atender la migración venezolana", reseñó un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores venezolano. (I)