El transporte marítimo será menos nocivo para el medio ambiente a partir de 2020, dado que el contenido de azufre en el combustible para los motores diésel a bordo deberá ser mucho menor, según la normativa prevista.

El combustible no podrá contener más de un 0,5 por ciento de azufre, en lugar del 3,5 por ciento permitido anteriormente, según está previsto en el reglamento de la Organización Marítima Internacional (OMI) aprobado en 2012 y que entra ahora en vigor.

En el Mar del Norte y el Mar Báltico, así como en los puertos alemanes, rige desde hace tiempo un límite del 0,1 por ciento. Se estima que alrededor del 80 por ciento de los buques de la flota alemana y también a nivel internacional cambiarán a combustible con un bajo contenido de azufre.

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El equipamiento con sistemas de purificación o el cambio a gas natural licuado (GNL) juegan un papel subordinado.

Los grandes buques requieren de 100 a 200 toneladas de combustible por día, dependiendo del tamaño y la carga. Los costes de combustible son una parte significativa de los costos de operación. El nuevo combustible es aproximadamente un 50 por ciento más caro que el utilizado anteriomente.

La naviera alemana de transporte de contenedores Hapag-Lloyd espera costos adicionales de alrededor de mil millones de dólares al año: para el grupo naviero más grande del mundo, Maersk, la cifra es de dos mil millones.

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Según un análisis del banco regional Landesbank Baden-Württemberg, los expertos prevén unos costes adicionales de 60.000 millones de dólares. (I)