Tiene 27 años. Es oriundo de la comunidad kichwa Llanchama, que está a una hora en lancha desde Aguarico, en la provincia de Orellana. Es Víctor Machoa, un joven indígena amazónico, dinámico, de contextura delgada y de estatura media.

Él atiende a las personas que no hablan español y que utilizan su lengua ancestral. Así, les traduce y los guía a los sitios donde deben realizar los trámites en el Municipio de Aguarico, donde labora como intérprete del idioma kichwa.

Machoa también difunde por las redes sociales y por la web de aquella entidad los mensajes en su lengua nativa.

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“Nuestra cultura se está perdiendo y queremos rescatarla. Existen muchos jóvenes que los familiares les hablan en kichwa, pero ellos les contestan en español, cuando deben responder en nuestra lengua”, asegura.

Él espera que las autoridades educativas acojan a la lengua ancestral como parte del pénsum académico. También que se den talleres de aprendizaje de este idioma, para evitar que desaparezca como ocurre con otras costumbres, sostiene.

Él formará parte del equipo de periodistas que darán noticias en la radio digital del Municipio de Aguarico, que se implementará el próximo año.

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En el censo del 2010 había 591 448 kichwas hablantes en el país. Pero el uso de las lenguas nativas entre los menores de 12 años, que se autocalificaron como indígenas, ha disminuido. En el censo del 2001, el 60,1 % de los niños menores de 12 años hablaba en su lengua nativa; mientras que en el del 2010, solo lo hacía el 57,5 %.

Machoa amplió su experiencia como traductor durante su formación académica, donde compartía con compañeros indígenas como mestizos. Cuenta que también aprendió algo de inglés al acompañar a grupos de turistas extranjeros.

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Dice que en las fiestas hay bailes, danzas y demostraciones de saberes ancestrales, así como coloquios en kichwa amazónico. Ahí pone en práctica sus conocimientos. (F)