Ruanda cerró su frontera con la República Democrática del Congo (RDC) este jueves tras la confirmación de un tercer caso de ébola en Goma, ciudad congoleña situada en el límite entre ambos países, ante el riesgo de una mayor propagación de la enfermedad en la región.

"Por decisión unilateral de las autoridades ruandesas, los ciudadanos ruandeses no pueden ir a Goma. Los congoleños pueden salir de (la ciudad fronteriza ruandesa) Gisenyi pero no pueden volver", indicó un comunicado de la presidencia de RDC.

Una responsable gubernamental ruandés confirmó a la AFP, bajo anonimato, que la frontera "está cerrada", aunque no dio mayores precisiones.

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"Esta decisión perjudica a muchos congoleños y expatriados que viven en Gisenyi pero trabajan en Goma", y va en contra de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS)" sobre la libre circulación de personas en la región, añade el comunicado de la RDC.

El segundo enfermo en Goma -un minero- murió el miércoles y un tercer paciente -su hija de un año- fue diagnosticado con el virus el mismo día, causando preocupación en la región, en momentos en que se cumple el primer aniversario de la declaración de la epidemia que deja en RDC más de 1.800 muertos.

Un corresponsal de la AFP constató que se prohibía a los ruandeses el acceso a Goma. Los congoleños podían cruzar la frontera, pero se les prohibía regresar a Ruanda, incluso a los que viven en Gisenyi.

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Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, tiene un aeropuerto que conecta con Kinshasa, Entebbe-Kampala y Adis Abeba. Hay barcos que se dirigen a la provincia vecina de Kivu del Sur. En junio se detectaron dos casos de ébola provenientes de la RDC en territorio ugandés.

'La bomba está activada'

El equipo de lucha contra el ébola vacunó a la familia de los pacientes, y las personas con las que se relacionaban en el empobrecido e insalubre barrio de Kiziba, en el norte de Goma.

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La zona carece de un sistema moderno de agua potable. A orillas del lago Kivu donde camiones cisterna abastece cada mañana de agua a la población, especialmente a filas de mujeres y niños que llevan bidones en las cabezas.

En la vecina provincia de Kivu del Sur, una mujer, pariente del minero que murió el miércoles, fue puesta en cuarentena con otros 14 familiares.

El gobernador de Kivu del Sur, Theo Ngwabidje Kasi, dijo a la prensa que las pruebas realizadas en estos 15 casos sospechosos fueron negativas.

"Ahora la bomba está activada", lamenta un representante de una organización humanitaria.

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Un primer caso detectado el 17 de julio en Goma provino de Butembo, uno de los focos principales de la enfermedad.

Al día siguiente, la muerte del paciente hizo que la OMS elevara la epidemia a rango de "emergencia de salud pública de alcance internacional".

La Unión Africana había advertido contra las restricciones de viajes a pesar del riesgo de propagación de la epidemia, de enfermos que podían escapar al control de las fronteras, atravesando clandestinamente por lugares no controlados.

La epidemia golpea a dos provincias del este de la RDC (Kivu del Norte e Ituri). Desde agosto de 2018 acumula 2.701 casos (2.607 confirmados y 94 probables), según el boletín de las autoridades sanitarias publicadas este miércoles.

La enfermedad apareció en 1976 en el entonces Zaire (hoy RDC), cerca del río Ébola y en 2014 causó 11.000 muertes en África del Oeste. (I)