La instalación de cargadores que provean de electricidad a vehículos eléctricos o electrolineras se ampliará entre este año y el 2020.

BYD E-Motors Ecuador S. A. cuenta ya con dos cargadores de alta potencia para dos buses que se están probando en Quito: uno de 12 metros y otro de 18 metros (articulado).

La Empresa Eléctrica Quito (EEQ), por ejemplo, prevé concluir con la instalación de 10 electrocargadoras, de manera paulatina, hasta el primer semestre del 2020. En tanto, en algunos centros comerciales ya existen estaciones de carga.

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Las electrolineras deben cumplir estándares internacionales, como la de ser multimarca, es decir, que cualquier vehículo eléctrico y de cualquier marca pueda ser atendido, sin que importe su país de fabricación, indicó la EEQ. “Los demás componentes serán de tecnología nacional e instalados por personal técnico de la Empresa”, dijo esa institución vía correo electrónico.

BYD considera que la inversión en una electrolinera debe ir de la mano de la demanda; es decir, contar con un proyecto de taxis o buses eléctricos que permita que haya sostenibilidad financiera para realizar una inversión de este tipo. “Hemos tenido conversaciones con más de tres operadores privados desde 2017, sin embargo existen factores externos que deben resolverse para poder concretar un proyecto de buses eléctricos”, indicó Jorge Burbano, gerente nacional de BYD.

Agregó que invertirán en sus 24 puntos de carga hasta fines del 2019 $ 700.000.

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La EEQ, sin embargo, no especificó monto de inversión o si para la instalación de las electrolineras hará alguna alianza con el Municipio de Quito o con alguna empresa privada.

Señaló que con esa Alcaldía se coordinará la emisión de permisos para la instalación de electrolineras en espacios públicos cumpliendo con todas las normativas, incluida la ley orgánica de Eficiencia Energética, publicada en el Registro Oficial 449 en marzo del 2019.

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La entidad pública considera que la red de electrolineras es un paso hacia la movilidad eléctrica sostenible, ya que busca motivar a la población para que analice otras opciones de movilidad y el uso de vehículos eléctricos. Una de las ventajas es que, por ejemplo, con 100 taxis eléctricos con un recorrido promedio de 150 km/día y de recarga diaria se consumirían 2.150 kWh de fuentes renovables, pero se dejaría de consumir 250 galones de combustible fósil y, por ello, de emitir al ambiente 2.000 kg de CO2 al día.

Burbano explicó que estos centros de carga rápida sirven para taxis y buses. Para esa compañía, una de las ventajas es el ahorro. “Llenar el tanque” de un taxi en la electrolinera de 0 a 100 costará $ 12; mientras que hacer lo mismo en un auto de la misma categoría le costaría $ 22 con gasolina extra.

En Loja se instaló el primer proyecto para taxis, con dos cargadores rápidos de 40 kW de potencia en el 2017 para complementar el trabajo realizado con la primera flota de 35 autos eléctricos que comercializó BYD en esa ciudad. La empresa ha invertido desde el 2017, en un convenio con Fedeloja, infraestructura, transformador, electricidad y otros, unos $ 40.000. Esta experiencia sirvió para poder instalar un nuevo complejo de cargadores en Guayaquil.

Normativa

El Gobierno “ha dictado las normas tendientes a impulsar en la población el uso de vehículos eléctricos. Con ese objetivo se ha exonerado de impuestos y aranceles a los vehículos 100 % eléctricos”, además hay regulación de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad que norma las tarifas de carga rápida y carga lenta, indica la Empresa Eléctrica Quito. (I)

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