Es viernes, la luna llena ilumina al barrio San Pedro que celebraba a su santo patrono. “Cuando vivía el padre Pepe Gómez Izquierdo, esa sí era una fiesta grande”, recuerda nostálgico Rómulo Rodríguez Borbor, guayaquileño jubilado de 75 años. Lo dice porque su barrio está casi a oscuras.