Juanita Emperatriz Alarcón Loza, reina del cantón Salinas en 1970, murió ayer lunes tras 9 días de agonía, luego de ser embestida el pasado 2 de junio, en Chipipe, por un vehículo que la lanzó a más de 20 metros cuando ella iba halando un carro metálico en donde llevaba cartones.

No era recicladora, simplemente vivía en la calle.

"Un día de diciembre se lució en la pasarela levantada cerca al mar, la brisa marina agitó su cabellera, su rostro se cubría de encanto por los rayos de la luna llena (...) Al año de haber sido designada reina del balneario más hermoso, la presencia de Juanita se fue degradando (...) no es la loca ni desquiciada, para su gente es la reina de Salinas", reza un relato urbano del escritor peninsular Evelio Reyes Tipán, quien se inspiró en la exreina de belleza.

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Se molestaba cuando alguien extraño se le acercaba, pues cobraba la pensión de su progenitor. Agarraba fundas y con estas se hacía blusas y pantalones. Personas que la conocieron relataron que ella vivía con su padre, quien cuidaba una edificación, pero él falleció.

Se habría unido con un hombre, pero luego decidió separarse. A raíz de eso, se volvió irreconocible y fue olvidada con el tiempo.

La exsoberana se encontraba en estado vegetativo en una casa de salud de la provincia del Guayas y los galenos no le daban muchas esperanzas de vida; por esa razón, varias instituciones y grupos de personas se habían unido para apoyar en su velorio. La tarde de ayer se confirmó su deceso.

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Una de esas entidades es el Municipio de Salinas. El alcalde Daniel Cisneros dispuso apoyar en lo necesario, a través del Departamento de Desarrollo Comunitario.

Éricka Gallo, titular de este departamento, señaló que le darán la bóveda sin ningún trámite para que puedan darle cristiana sepultura. Hasta el momento no hay familiares que se hagan presentes.

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La funcionaria señaló que se gestionó con el camposanto Vida Eterna, que prestarían sus instalaciones para el velatorio, formolización y el traslado hacia el cementerio.

Bertha Franco, habitante del barrio Milagro y quien conoció a Juanita, recordó que era una mujer muy inteligente y que le enseñaba los deberes a su hija, porque sabía inglés y matemáticas. El Municipio le dio un espacio para que habite pero se negó y prefirió dormir en las esquinas, porque se sentía 'más segura'.

Bertha, junto a los moradores, realizaban una cruzada para comprar el féretro.

"Fue recepcionista de dos hoteles, tal vez tenía sus lagunas mentales, pero siempre tenía sus cincos sentidos bien puestos", expresó Franco, quien guarda una publicación de diario EL UNIVERSO, del año 70, en donde se detalló su designación como la nueva soberana. También fue reina de la Liga Cantonal de Salinas. (I)

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