En su carrera como actor, Morgan Freeman ha hecho el papel de Dios. En la vida real, dice ser "innegablemente" creyente.

"Creo en Dios" y punto... No da más explicaciones.

Pero el ganador del Óscar recorrió más de 120.000 km y visitó 30 ciudades para tratar de descifrar los misterios de la espiritualidad en todo el mundo.

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¿Existe un Dios en la tierra? ¿Quién es el diablo? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué son los mandamientos? ¿Qué hay detrás de los secretos de las religiones?

Freeman dijo a la AFP que en este largo viaje entendió que la religión, la creencia en un dios, sirve de "pegamento" social. "En casi toda sociedad, sin importar la religión, el punto es mantener a la gente funcionando como una unidad".

"The Story of God", de seis episodios, se estrena el 5 de marzo en la cadena National Geographic.

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La producción tuvo acceso a "diosas vivientes" en Nepal, a la supuesta corona de espinas de Jesús en la catedral de Notre Dame en París, a una "médium" en Vietnam, y a la basílica de la Natividad en Belén.

Esta tercera temporada fue puesta en pausa tras las acusaciones de acoso sexual contra el ganador del Óscar, pero la cadena poco después decidió seguir con el programa tras una investigación.

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¿Cree que estas acusaciones afectaron su reputación, su carrera? "No", respondió seco el actor de 81 años antes de terminar la entrevista.

Política y fe 

La serie entra en detalle en su análisis de la religión, de los rituales, pero evita abordar temas de la actualidad, como los escándalos de pederastia que azotan a la Iglesia católica.

"Una de las cosas que nos enorgullece es que realmente mostramos la luz de la bondad y el bienestar", dijo Lori McCreary, productora ejecutiva del show junto a James Younger y Freeman.

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"A veces hablamos de lo que es diferente en la religión y de lo que hace que la gente se separe. Pero también creo que uno de los puntos de esto, especialmente con Morgan a la cabeza, es reunir a la gente y luego si hay noticias sobre lo que está pasando en la Iglesia católica, eso lo están cubriendo bien otros medios".

"Bien dicho", validó Freeman, que sin elaborar mucho estimó que la fe y la política deben mantenerse separadas, al ser consultado sobre el papel que la religión juega en muchos conflictos mundiales y la influencia creciente que tiene en el gobierno del presidente conservador Donald Trump.

"Una de las cosas que encontramos en la serie es que si te fijas en las grandes ideas, se superponen", complementó Younger. "El valor de la vida humana, de la justicia y la unidad y todas esas cosas que se superponen en esta perspectiva, pero si miras a los pequeños detalles hay diferencias. Y mientras un país insiste en usar esos pequeños detalles para su agenda política, más termina dividiendo a la gente". (I)