Más de uno se ha trabado al primer intento de pronunciar el apellido del vicepresidente Otto Sonnenholzner Sper. Un claro ejemplo fue durante su posesión en la Asamblea, el pasado martes, cuando el legislador Alberto Arias, de las filas de Alianza PAIS (AP), mocionó su nombre y no pudo decirlo correctamente. “Para ‘Otto Sonnesgolden Sper’, un joven guayaquileño, es un gran reto. En sus manos estará la confianza depositada por el presidente (Lenín Moreno)”, expresó.

Por eso, el propio segundo mandatario dice que prefiere que lo llamen Otto, a secas, pues considera que “lo del apellido no va a funcionar”.

Desde que se conoció que era parte de la terna enviada por el Ejecutivo, su apellido fue objeto de bromas en las redes sociales. Ramón Sonnenholzner Murrieta, su padre, dice estar acostumbrado a este tipo de jocosidades por parte de sus familiares y amigos. “Yo les digo que lo mencionen de cualquier forma”, señala.

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El empresario y escritor cree que la dificultad al pronunciarlo radica en que tienen más consonantes que vocales. Sin embargo, afirma que para sus hijos fue fácil.

En el caso de Otto, indica que desde pequeño escuchaba canciones en inglés y alemán e incluso las entonaba. “Yo siempre he sido muy melódico y he tenido música en todos lados”, dice Ramón, quien indica que a raíz de aquello su hijo tiene la facilidad de pronunciar palabras en dichos idiomas.

El apellido Sonnenholzner proviene del pueblo de Amerang, ubicado en el sur de Alemania. Fue ahí que nació el “tronco” del árbol familiar en Ecuador: el cadete de marina Georg Sonnenholzner Spring, bisabuelo de Otto.

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Él llegó en 1928 en el Buque Escuela Crucero alemán llamado Emden, embarcación que en el periodo denominado entreguerras (tiempo entre la Primera y Segunda Guerra Mundial de 1918 a 1939) realizó viajes como parte del adiestramiento para cadetes.

A su arribo conoció a Eva Villegas Villegas, nacida en Daule en 1897, durante un evento que organizaba la Embajada de Alemania. Ahí se enamoró de ella. Ellos tuvieron tres hijos: Ángel Ramón (+), ingeniero agrónomo; Georg Ignaz (+), médico y Stanislaus, ingeniero eléctrico. Solo el último sobrevive y es quien tiene en su casa un cuadro con el árbol genealógico y conserva las fotos del primer Georg, el cadete.

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El militar permaneció pocos años en el país. Regresó a Alemania y combatió en la Segunda Guerra Mundial. De esta etapa, la familia conoce poco. Presumen que luchó en el frente húngaro. Y desapareció en 1944. Un año después, fue declarado muerto.

El padre del segundo mandatario señala que nunca conoció a su abuelo; sin embargo, resalta que la historia de la familia siempre ha estado presente. Pues llevan 90 años como generación en Ecuador. Entre risas, manifiesta que hay más Sonnenholzner en Ecuador que en Alemania.

Cuenta que el apellido tendría origen desde el siglo XVI o XVII e inclusive nombres como Stanislaus (el de su tío abuelo) podrían ser polacos.

“Me dicen que mi tataratatarabuelo peleó en el frente polaco y de ahí viene el nombre de ciertos familiares”, expresa.

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Ramón recalca que Sonnenholzner no es traducible y que viene de dos derivaciones Sonnen, que significa sol, y Holzner, maderero, es decir, Madereros del Sol.

La embajada de Ecuador en Alemania precisó en su cuenta de la red social Twitter que Holzner significa leñador. (I)