Adriana Solís (37 años) desde hace más de dos décadas aprendió el arte de restaurar las imágenes de santos y confeccionar toda clase de vestimenta, especialmente para el Niño Dios. “A la gente le gusta vestirlo de todo, de indígena, militar, policía e incluso de chagra con sombrero, poncho y zamarro, lo que el cliente pida se le confecciona”, asevera.