Una galería con tres hileras de fotos a color resaltan al ingreso de la sala. Los retratados visten sus sobrios trajes de parada. Y cada uno está identificado con su nombre y los rangos que tenían en el Ejército antes de morir por la patria.

Los 33 oficiales y soldados son los héroes del conflicto del Cenepa de 1995. Y así están catalogados con una frase ubicada en la parte superior de la galería.

El rincón fotográfico es parte del museo del Alto Cenepa levantado en el interior de la Base Militar de Gualaquiza, la población de Morona Santiago más próxima a la zona de Tiwintza.

Publicidad

La base militar desde la que se ve la cordillera del Cóndor fue vital para el abastecimiento y logística de la guerra, que culminó con la firma de la paz en 1998.

El museo adecuado en la Base es un homenaje a esos soldados muertos en batalla, algunos oriundos de la zona fronteriza.

Allí se han recopilado fotos de diversos momentos del conflicto, copias de cartas, una gigantografía de la última foto tomada en Tiwintza antes de la salida de los soldados.

Publicidad

Además hay objetos encontrados hace poco durante la fase de desminado en Tiwintza: restos de uniformes, empaques de víveres, municiones.

El sargento primero Vinicio Gutama estuvo el año pasado en Tiwintza, mientras se hacía el desminado, y encontró en la zona parte de los restos que se exhiben en el museo. Gutama tenía apenas 20 años cuando se registró la guerra.

Publicidad

En un rincón se replica una fosa en la que reposaron soldados caídos en combate. Junto a esta se muestran los uniformes de camuflaje que se vestían en esa década.

Y, tal vez, el objeto más representativo capturado del entonces enemigo es un pedazo del fuselaje de una nave MI8 peruana derribada por fuerzas ecuatorianas.

Los soldados que custodian el espacio refieren que es una forma de recordar, de perennizar el esfuerzo de los combatientes para defender el territorio nacional. (I)