Es un prestigioso establecimiento que va por los 60 años de atención a los guayaquileños, que reconocen el profesionalismo y buen servicio que les brinda amparado en el eslogan ‘La botica que nunca duerme’, con atención en el mismo local y el servicio a domicilio que es solicitado por los vecinos de la urbe, incluyendo ciudadelas como Urdesa, Miraflores, Bellavista, etcétera.

A lo largo de su funcionamiento la Inglesa ha ocupado diversos locales: en el centro de la ciudad (9 de Octubre y Francisco García Avilés), Víctor Emilio Estrada y Las Monjas y el actual en Bálsamos 204 en las calles Única y Todos los Santos, donde mantiene el despacho de recetas, medicinas en general y otras con rango de minimarket para mayor comodidad de las familias.

Su principal, Pedro Xavier Castells, supervisa que los antiguos, permanentes y nuevos clientes sean atendidos oportunamente y con esmero, además de preocuparse porque la calidad de las medicinas sea confiable en tanto se mantienen todas las mejoras necesarias para que esté a tono con la modernidad que solicita el público.

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El nombre de la Inglesa, fundada en 1958, consta en la extensa lista de similares comercios que están en la memoria y simpatía del vecindario de Guayaquil, aunque algunos desaparecieron.

En esa nómina no pueden faltar Botica del Comercio, H. G., Española, Malta, La Salud, del Pueblo, H. Barcia, La Fe, Imperial, entre muchas más hasta llegar a las actuales.

Guayaquil, si tuviera que componerte un canto,/ te haría un amorfino, un galope o canción,/ y bucearía el fondo de lo grande y sagrado/ para que solo cante mi propio corazón…" P. Hugo Vásquez Almazán (guayaquileño)

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