Al exsacerdote César Augusto Cordero Moscoso literalmente lo bajaron del altar. La denuncia de un hombre de 63 años que aseguró que cuando era un niño sufrió abuso sexual de parte del cura provocó su expulsión de la Iglesia: El Vaticano determinó “dimisión del estado clerical de manera permanente y perpetua”. Cordero fue notificado el pasado jueves y sobre él pesan otras cinco acusaciones que la Fiscalía del Azuay investiga en el ámbito penal.