Donald Trump se mantuvo este sábado al margen del funeral del senador republicano John McCain en Washington, durante el cual se fue a uno de sus clubes de golf.

El presidente Trump salió de la Casa Blanca a las 10H35 locales, justo en el momento en que Meghan, la hija de McCain, rendía un conmovedor tributo a su padre en la Catedral de Washington, a pocos kilómetros de distancia.

"La grandeza del Estados Unidos de John McCain no necesita ser restaurada porque siempre ha sido grandiosa", dijo ella, aludiendo al eslogan de campaña de Trump.

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La ironía fue seguida por una larga ronda de aplausos en la catedral, donde sí estaban presentes varios familiares de Trump, incluida su hija Ivanka.

Casi al mismo tiempo, el presidente salió de la Casa Blanca con una de sus gorras con la leyenda "MAGA" ("Make America Great Again").

McCain había dicho antes de su muerte que no quería que el presidente Donald Trump asistiera a su funeral, ya que los dos hombres nunca ocultaron su desprecio mutuo.

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El pésame y las palabras de reconocimiento de Trump tardaron en llegar para quien fuera uno de los pocos que lo criticó abiertamente, y con dureza, en su propio partido.

Trump se había burlado del estatus de John McCain como héroe de guerra, forjado en cinco años de cautiverio y tortura durante la Guerra de Vietnam. "Me gustan las personas que no han sido capturadas", dijo Donald Trump en 2015, que no hizo el servicio militar. (I)