El miércoles 13 de junio se recordarán 200 años del nacimiento del compositor de origen francés Antonio Neumane Marno, nombre que registran las páginas de la historia ecuatoriana por ser el autor de la música del Himno Nacional del Ecuador que está basada en los versos que escribió el notable literato ambateño Juan León Mera en 1865.

Neumane, de padres alemanes, nació en Córcega (Francia). Primero estudió algo de medicina y después aprendió música en el Conservatorio de Milán. Fue pianista, profesor, director de orquesta y banda.

En su peregrinar artístico laboró en Chile y Perú. A nuestro país llegó en 1841 dirigiendo una compañía lírica que actuó en Guayaquil.

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Enamorado de nuestra nación, aquí se quedó y formó su hogar. Durante su acción didáctica formó a varios pianistas y ayudó a mejorar la calidad interpretativa de las bandas militares.

Es conocido que en su casa del barrio Las Peñas, en Guayaquil, puso la música a la letra de Mera en 1869, fecha que es la más confiable para los historiadores.

Llamado a Quito por el presidente Gabriel García Moreno en 1870 tomó a cargo la organización del Conservatorio Nacional de Música, plantel en el que ejerció la dirección y en su memoria adoptó su nombre posteriormente. Murió en Quito el 3 de marzo de 1871, recibió sepultura en la capital, pero después sus restos fueron traídos a tierra guayaquileña.

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En distintas épocas, la creación de Neumane recibió cuestionamientos y no faltaron los intentos de reformas, arreglos, etcétera, incluyendo los cambios introducidos de anteriores y últimas décadas. Son célebres las campañas emprendidas por los maestros Luis Pauta Rodríguez y Segundo Luis Moreno, quienes demandaron cambios radicales.

A pesar de las numerosas novedades vinculadas con este símbolo patrio su legado está vigente. Las notas del himno emocionan, hacen vibrar las raíces más hondas de todo ecuatoriano y fuera de los linderos nacionales avivan sentimientos mayores que desbordan en lágrimas.

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Excelente oportunidad la de esta efeméride para repasar la vida y obra del autor, sin quedarnos en la simple rememoración. (I)