“Aquel que nació en la tierra de las bellas palmeras, de cristalinos ríos y paisaje ideal, allá por el año 1921, fue fabricado con madera de guerrero, por don Obdulio Rubira Drouet y por doña Rosa Amarilis Infante Villao. Y lo hicieron también, como él mismo afirma, muy franco y muy valiente, y sin jamás sentir temor (...)”. Con estas palabras, Katia Murrieta rindió un tributo al cantautor guayaquileño Carlos Aurelio Rubira Infante.