Robert Andrade, gerente general del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano –FCME–, dijo que una auditoría realizada el año pasado y cuyos resultados fueron entregados a inicios del 2018, arrojó que más de 80 millones de dólares de la institución “no cuadran”.

Por ello, responsabilizó a la administración anterior al Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social –Biess–, que maneja el FCME desde abril del 2015. “Ya ante la Fiscalía di mi versión, puse la denuncia; en la actualidad eso está en la justicia ordinaria...”.

El supuesto perjuicio al FCME estaría relacionado, según Andrade, con una serie de proyectos inmobiliarios impulsados por el Fondo. “En abril del 2017 se solicitó una auditoría a los proyectos inmobiliarios; hay proyectos que todavía no terminan de venderse...”.

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Y la revelación de estos presuntos malos manejos del FCME, según el funcionario, generó comentarios malintencionados referentes a que supuestamente el Estado ha hecho uso de los recursos de la institución, lo cual rechaza.

“Estos señores están molestos porque se están evidenciando los malos manejos”, sostiene Andrade y reconoce que actualmente hay un incremento neto negativo, pero que obedece al pago, desde abril del 2015 hasta marzo del 2018, de 115’655.375 dólares a 23.782 partícipes que se jubilaron o desafiliaron voluntariamente.

Cuando el Biess asumió la administración del Fondo los activos superaban los 405 millones de dólares.

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Al contrario de las críticas, sostiene Andrade, el FCME ha reportado una rentabilidad del 9,29% en el 2017. “En el sistema financiero no vas a encontrar esa rentabilidad, y a qué se debe, a la confianza emanada por parte de los copartícipes; porque desde el año en que entró el Biess, hemos tenido un crecimiento...”.

Actualmente, hay más de 70 mil partícipes en el Fondo, quienes cuentan con una serie de beneficios, entre ellos préstamos con tasas de interés inferiores a la del mercado. (I)