Luego del enfrentamiento que dejó daños materiales al campamento del proyecto minero Río Blanco la calma aparentemente retornó este miércoles. Las actividades de la empresa están suspendidas y para garantizar la integridad de los trabajadores y los habitantes del sector por lo que las autoridades han dispuesto la presencia de al menos 200 policías.

Según el gobernador del Azuay, Xavier Enderica, quienes ingresaron al campamento la madrugada de este miércoles proceden de otras provincias como Cañar y Guayas. Aseguró que lanzaron bombas molotov con las que quemaron la enfermería, dos dormitorios y maquinaria de trabajo. A decir del funcionario la intención era “tomarse a la fuerza” el campamento por lo que la seguridad se reforzó con 45 policías desde el pasado sábado. Mientras que el comandante de Policía, Carlos Cabrera, añadió que hay un agente con heridas leves producto del enfrentamiento.

Cerca de las 10:00 de hoy los cuatro detenidos fueron trasladados a Cuenca para ser judicializados y hasta el momento se desconoce su situación legal.

Publicidad

Por el momento la única forma de acceder al campamento es a través de la vía en el sector de Migüir, pero el oficial se comprometió a rehabilitar el acceso con la ayuda de maquinaria del Gobierno Provincial del Azuay.

A través de un comunicado la Cámara de Minería del Ecuador rechaza este ataque y exige a las autoridades del gobierno nacional que se sancione a los responsables de lo que consideran un “delito grave”.

Mientras que el grupo Yasunidos Guapondelig responsabilizó del enfrentamiento a la empresa minera porque con estrategias generó “división social” en la comunidad al implementar un proyecto en contra de la voluntad de sus habitantes. Se mantendrán en pie de lucha y ante cualquier intento de represión se acogerán al derecho a la resistencia. (I)