Los venden activados (listos para usar) y sin activar. Los ofertan en comercios formales, informales y en internet. Son chips telefónicos que en algunos casos los interesados compran para uso momentáneo.

La semana pasada volvió al debate el uso y la venta de chips telefónicos, tras las llamadas falsas que alertaban de supuestas bombas en planteles educativos, hospitales e instituciones públicas de varias ciudades del país. Hasta el viernes último, las autoridades contabilizaban 54 llamadas falsas a nivel nacional, luego de los hechos violentos ocurridos desde enero pasado en la frontera norte. De esas, 14 se realizaron en centros escolares, según la Policía.

Solo el miércoles último se dieron llamadas falsas de bomba a tres planteles de Guayaquil. Ante ello, autoridades y funcionarios como el gobernador del Guayas, José Francisco Cevallos, y el director del ECU-911 de Samborondón, Juan Marco Figallo, pidieron más control, como determinar a quién se vende un chip de teléfono y que centros de cabinas telefónicas lleven un registro con nombre y número de cédula de los clientes.

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Holguer Salcedo tiene un local cerca de la av. 9 de Octubre, centro de Guayaquil. Dice que prefiere cerrar las cabinas antes de pedir los datos de sus clientes, pues casi nadie las usa y no son rentables. De la venta de chips telefónicos dice que para activarlos se deben ingresar, desde hace un año, el número de cédula del cliente y la fecha de expedición del documento al sistema de la operadora.

“No vienen activados como antes, los chips que vendo los activo frente al cliente con sus datos. En las calles sí los venden sin activar o activados con otros datos”, asegura.

Maribel Mendoza, otra vendedora de la zona, dice que activa los chips en cinco minutos, ingresando los datos del cliente, pero hay usuarios, admite, que solo los compran y ellos se encargan de activarlos.

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En una esquina de la Bahía, Vanessa Arana también vende chips. Cuenta que hay sitios y comerciantes ambulantes que venden los chips telefónicos ya activados con otros datos.

Ella trabajó antes en una distribuidora. Recuerda que a veces los activaban con los datos de personas que llevaban sus hojas de vida para un empleo.

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“Un ecuatoriano puede tener a su nombre hasta 15 líneas y en muchos casos las personas nunca se enteran porque son chips que usan con el servicio prepago, es decir, solo ingresan tarjetas”, indica Arana.

Parte de los chips ya activados los adquieren los extranjeros, que por lo regular no los pueden activar con sus datos. Y hay quienes le piden a un ecuatoriano que se los active con sus datos, según la vendedora. (I)