De la sangrienta represión de manifestaciones prodemocráticas por el régimen de Bashar al Asad a la emergencia de grupos yihadistas y la intervención de potencias extranjeras, éstas son las etapas claves del conflicto en Siria, que el jueves entra en su octavo año.

Esta compleja guerra dejó más de 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.

Revuelta y represión 

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El 15 de marzo de 2011, en el marco de la Primavera Árabe estalló un movimiento de protesta en Siria, gobernada con mano de hierro desde hacía 40 años por la familia Asad. Bashar, el hijo, había sucedido en 2000 a su padre, Hafez.

En Damasco se organizaron manifestaciones pequeñas, violentamente reprimidas. Pero fue en Deraa (sur) donde el movimiento cobró fuerza.

El régimen denunció una "rebelión armada de grupos salafistas".

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En julio, un coronel refugiado en Turquía creó el Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto por civiles y desertores del ejército.

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La aviación, gran baza del régimen

En marzo de 2012, el ejército retomó el control del bastión rebelde de Homs (centro), tras un mes de bombardeos. Llevó también a cabo operaciones sangrientas, especialmente en Hama (centro), tras masivas manifestaciones antirrégimen.

En julio, los rebeldes lanzaron la batalla de Damasco. El gobierno logró conservar el control de la capital, pero los rebeldes conquistaron algunas zonas de las afueras.

A partir de 2013, los helicópteros y aviones del régimen comenzaron a arrojar barriles de explosivos sobre los sectores rebeldes.

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Hezbolá e Irán 

En abril de 2013, el movimiento islamista chiita libanés Hezbolá reconoció que intervenía en Siria para ayudar a los soldados de Asad, miembro de la minoría alauita, una rama del chiismo. Envió miles de combatientes a luchar por el régimen.

Por su parte, el Irán chiita ayudó política, financiera y militarmente al régimen enviando "consejeros militares" y "voluntarios" iraníes, pero también afganos y paquistaníes.

Línea roja y retroceso estadounidense

El 21 de agosto de 2013, un ataque químico imputado al régimen contra dos zonas rebeldes cerca de Damasco dejó más de 1.400 muertos.

El entonces presidente estadounidense Barack Obama, que había trazado una línea roja, renunció en el último momento a realizar ataques de castigo y firmó un acuerdo con Rusia para desmantelar el arsenal químico sirio.

El régimen, que desmiente el ataque, fue acusado desde entonces en varias ocasiones de haber utilizado armas químicas.

En abril de 2017, un ataque con gas sarín (más de 80 muertos) en la ciudad rebelde de Jan Sheijun (noroeste) llevó a Donald Trump a ordenar que se atacase una base aérea del régimen sirio.

Yihadistas

En enero de 2014, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) conquistó Raqa (norte), que se convirtió en su principal bastión. En junio, el EI proclamó un "califato" en los territorios conquistados en Irak y en Siria.

En septiembre, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos lanzó los primeros bombardeos aéreos contra el EI en Siria.

En octubre de 2017, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-árabe respaldada por la coalición, se apoderó de Raqa tras meses de lucha.

El EI perdió la gran mayoría de los territorios que había llegado a controlar.

Putin acude en ayuda de Asad 

El 30 de septiembre de 2015, Rusia emprendió una campaña de bombardeos aéreos en apoyo a las tropas gubernamentales, en dificultades frente a los rebeldes y los yihadistas.

El apoyo decisivo de Rusia ayudó enormemente al régimen y permitió que este recuperara totalmente Alepo (norte) a finales de diciembre de 2016.

En enero de 2017, Rusia patrocinó junto a Irán y Turquía -apoyo de los rebeldes- conversaciones en Astaná (Kazajistán), sin la implicación de Washington, entre representantes del régimen y grupos rebeldes.

Ofensiva turca 

El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó junto a rebeldes sirios una ofensiva contra el enclave de Afrin (noroeste) con el objetivo de expulsar a la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), espina dorsal de las FDS.

Ankara, que teme la formación de un principio de estado kurdo en su frontera, considera a estas milicias como la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva a cabo una rebelión en el sureste de Turquía desde hace más de 30 años.

Guta Oriental 

El 18 de febrero, el régimen lanzó una ofensiva aérea, y después terrestre, de una intensidad sin precedentes contra el enclave rebelde de Guta Oriental.

La campaña, destinada a retomar la totalidad de este último bastión rebelde en las afueras de Damasco, dejó ya más de 1.100 muertos. (I)