Al menos $ 14.250 millones en bonos soberanos de deuda han sido colocados por el Ecuador desde su regreso a mercados internacionales.

La cifra incluye los últimos $3.000 millones que el régimen de Lenín Moreno acaba de sacar el jueves pasado, en la primera emisión del 2018, pero tercera en nueve meses. Son a diez años plazo y con una tasa del 7,87% de interés.

En ese periodo, el actual Gobierno ya ha emitido $ 5.000 millones en bonos; pero por una serie de deudas que quedaron pendientes del anterior, la estatal Petroamazonas también puso a la venta en el mercado bonos por $ 970 millones.

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Según Jaime Carrera, el fuerte endeudamiento que lleva adelante el Gobierno, revela que no logra reducir su gasto público y que pretende seguir con un modelo que prioriza la visión del Estado como motor de la economía. Esto, sin pensar en que cada vez que se endeuda, se está hipotecando el futuro de la economía, dijo.

Explicó que los vencimientos del capital de los bonos empezarán a partir del 2020; pero de 2012 a 2028 se deberán cumplir las mayores amortizaciones. Justamente en este periodo el país deberá pagar alrededor de $ 14.000 millones solo de capitales, comentó.

Aseguró que solo por esta última operación se pagarán unos $ 233 millones anuales de intereses, y que de los bonos anteriores son unos $ 1.108 millones también por ese concepto.

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Para Carrera, pese a que en el discurso oficial es que con ese dinero se construirán obras y que se repagará deuda cara, considera que se lo destinará a gasto corriente, lo cual no es legal. Explicó que para finales de año, la caja fiscal quedó en prácticamente $ 0.

La Contraloría General del Estado se encuentra al momento auditando la deuda pública del Ecuador, pero del periodo que va de enero del 2012 a abril del 2017. Con ese análisis se busca establecer las fuentes y usos de los dineros obtenidos.

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Por su parte, José Hidalgo, investigador de Cordes, explicó que la emisión es una muestra que la política económica sigue como la del Gobierno anterior. Con ello sigue postergando el ajuste, explica.

Consideró que los inversores tienen apetito por los bonos ecuatorianos debido a que son los que más alta tasa pagan en la región. (I)