En el portal de una vivienda en la calle Pedro Pablo Gómez entre la 17 y la 18, Blanca García y María Bohórquez, sentadas refrescan su memoria que lleva más de cincuenta años en la zona. Llegaron con sus familias a este sector, lleno de riachuelos, conectado por puente de madera, y que se fue asentando con casa de caña sobre lo rellenado con cascajo y residuos.