Tienen entre 12 y 18 años. Llegan derivados de planteles educativos o tras acudir a consultas en centros particulares sin obtener mejoría. Han consumido, en su mayoría, la llamada hache (heroína con sustancias neurotóxicas), pero también hay preferencias por THC (principio activo con efecto psicodélico de la marihuana), farmacodependencia (inductores del sueño), marihuana, alcohol, cocaína y otros como ketamina (sedante para animales).

Los casos van en aumento y hay una tendencia al policonsumismo, es decir, al consumo de muchas drogas, según Julieta Sagñay, psiquiatra del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

El año pasado, de las 20 atenciones (por consulta externa) que se daban por día, 10 eran por consumo de drogas en menores. Este año se ha percibido un aumento, pues ahora 15 de las 20 consultas son por consumo de drogas en adolescentes.

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Una problemática que preocupa a la especialista, porque ahora los pacientes (menores desde los 12 años) presentan más cuadros psicóticos y un mayor deterioro neurológico y físico como, por ejemplo, una insuficiencia renal, desnutrición, deshidratación, problemas hepáticos y respiratorios.

Esto puede depender, explica, también en salud mental y adiccionología, de las mezclas que se estén creando para ofrecer a los adolescentes o de las combinaciones que los mismos consumidores crean para automedicarse y calmar el síndrome de abstinencia, por ejemplo, la cocaína (estimulante) con zopiclonas (depresores) evita los movimientos involuntarios que le produce la droga.

Incluso, dice, les han puesto nombres como mariachi (marihuana con hache), porque creen que no bajan mucho de peso y calman la ansiedad, o capuchino (cocaína con hache), para evitar el bajón que les produce la heroína.

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Son cocteles peligrosos que pueden provocar, en algunos casos, la muerte. Una de las víctimas fue un adolescente de 17 años al que se lo halló sin vida a inicios del mes en una vulcanizadora en Los Vergeles, presuntamente por sobredosis. Los familiares y moradores expresaron a la Policía que el joven era consumidor de hache y que no había recibido tratamiento ni rehabilitación.

Pastora Castro, jefe del Centro de Rehabilitación Integral del Instituto de Neurociencias, señala que ante este incremento de menores se ha creado un programa de intervención ambulatoria para adolescentes en fase experimental, es decir, no tienen dependencia sino que han probado una o dos veces. Se les darán charlas y talleres.

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“Esperamos que en doce semanas los chicos hayan fortalecido su autoestima, su vínculo familiar y de esa manera se sientan más responsables de tomar la decisión de no volver a consumir”, expresa.

La psiquiatra Julieta Sagñay considera que la tabla de consumo de drogas debe ser reformada. “Debe existir para que un equipo técnico y el juez ordene el ingreso forzoso por consumo compulsivo”, dice y agrega que se deberían incluir las drogas artesanales, para que se establezcan sanciones. (I)

Drogas
Comercialización. Los microtraficantes se las ingenian para ofertar la droga incluso por WhatsApp. Hacen los pedidos para ser entregados a domicilio o en establecimientos. Su bajo costo –pueden adquirir desde $ 0,25– les permite acceder más directo a los jóvenes. 

Inst. de Neurociencias
Programa ambulatorio. Se inicia el lunes y los pacientes deben acudir lunes y miércoles o martes y jueves, de 13:00 a 16:00. Se formarán grupos de adolescentes que participarán por doce semanas en charlas y talleres para desarrollar habilidades para afrontar al deseo de consumir. (I) 

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Hay síntomas que son generales cuando se consumen drogas, como es el aislamiento social, cambios repentinos del estado de ánimo, en algunos casos hay falta de apetito o exceso de apetito...”.Pastora Castro, Psicóloga