Las autoridades ya lo habían advertido, Bogotá es vulnerable y la amenaza de atentados aumentaba. La premonición se cumplió la tarde y noche del pasado sábado con el estallido de material explosivo colocado en un baño de mujeres de un concurrido centro comercial de la capital colombiana, que mató a tres personas, dejó a otras once heridas y desató el pánico.