El ministro del Trabajo, Leonardo Berrezueta, aseguró ayer que el desempleo en Ecuador tuvo la más importante reducción en los últimos cinco años. Este indicador pasó de 448.990 personas desempleadas (5,7%) a 355.414 (4,4%) en el periodo de marzo del 2016 a marzo del 2017.

Es decir que unas 93.576 personas dejaron el desempleo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), publicados ayer.

Sin embargo, en el mismo periodo, 377.799 ecuatorianos pasaron a las filas del subempleo (trabajador que no recibe un salario básico ni trabaja 40 horas, aunque tiene ese deseo y disponibilidad), según las mismas estadísticas. Es que este índice pasó de 1’348.231 (17,1%) a 1’726.030 (21,4%).

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Adicionalmente unos 29.601 trabajadores perdieron su empleo pleno o también llamado empleo adecuado.

Para Berrezueta, ha habido un efecto positivo en las cifras, se ha cuidado el empleo que ya existe y si bien se ha incrementado la cifra del subempleo en más de 377.000, la cifra de pobreza no se ha deteriorado.

“Son buenas noticias para el Ecuador al término del gobierno del presidente Rafael Correa”, explicó.

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Además dijo que la caída del índice de empleo pleno no es estadísticamente significativa.

Sin embargo, de acuerdo a un análisis de la consultora Cordes, si bien la tasa de desempleo cayó a 4,4%, las personas que sí están empleadas se colocan en diversas categorías que hay que analizar.

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Por ejemplo, existe un 56,9% de ecuatorianos que tienen un trabajo inadecuado. Esto significa que solo 38 de cada 100 ecuatorianos tiene un empleo adecuado (salario básico y 40 horas laborables).

Cordes recordó que en marzo del 2014, 45 de cada 100 tenían empleo pleno o adecuado. Según el análisis, es necesario destacar que en el periodo analizado tampoco se creó un solo empleo adecuado. En este sentido, consideró que las personas que salieron del desempleo pasaron al empleo inadecuado.

Según el ministro Berrezueta, hubo incremento de empleos en la construcción (58.000), comercio (61.000) y agricultura (60.000). Explicó que, por ejemplo, la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas incentivó al sector de la construcción.

Sin embargo, admitió que estos empleos no necesariamente son plenos.

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Para Berrezueta, el objetivo del Gobierno es evitar el incremento del desempleo y que no se deteriore la cifra de pobreza. Aunque reconoce que los subempleados no tienen salario básico y no trabajan las 40 horas, dice, “no significa que no tienen ingresos”.

David Vera, director del INEC, puso como ejemplo que con el bono entregado para la reconstrucción una familia contrata a un trabajador para los arreglos de las casas afectadas, pero no necesariamente va a ser afiliado.

Vera también indicó que el incremento del subempleo puede deberse a una migración de personas que se encontraban en otra categoría denominada otro empleo no pleno hacia el subempleo. (I)