Aprovechando su experiencia en la guerra de Kosovo, en 1999, que fue a cubrir como periodista y donde tuvo que aprender procedimientos internacionales ante los desastres, Juan Fernando Rojas no lo pensó dos veces cuando decidió presentarse en el ECU-911 de Portoviejo después del terremoto del 16 de abril de 2016 para ver en qué podía ayudar. Pero esta vez su mejor equipo fue un dron y le asignaron colaborar con los bomberos de Portoviejo en la tarea de rescate.