Unos han optado por dedicarse al comercio ambulante o iniciaron un negocio en casa como una tienda o un restaurante. Lo hacen desde hace décadas resignados porque afirman que nunca encontraron un empleo formal por lo que dejaron de buscar trabajo.

Otros, con más preparación educativa y en busca de mayor independencia, apuestan a pequeños negocios en el sector servicios. Ambos grupos entran en lo que se denomina emprendimientos.

En 2015, Ecuador tuvo un índice de Actividad Emprendedora Temprana (TEA, por sus siglas en inglés) de 33,6%, la más alta de América Latina. Es un porcentaje que se ha mantenido en los últimos años, según un estudio de Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2015 en el que participó la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).

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Esta última cifra indica que uno de cada tres adultos (mayores de 18 años) ecuatorianos realizaron gestiones para crear un negocio o poseían uno por un tiempo no mayor a 42 meses en 2015. A pesar de que se inician un gran número de emprendimientos en el país, pocos son sostenibles.

¿Por qué se da esta realidad de emoción inicial y fracaso al poco tiempo? Gabriel Rovayo, director general de la Escuela de Negocios de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), considera que el entusiasmo y las ganas no son suficientes a la hora de emprender, por lo que cree que una de las principales razones para el fracaso es la falta de preparación.

Guido Caicedo, profesor de Espíritu Empresarial y Nuevos Negocios de la Escuela de Posgrado en Administración de Empresas (Espae) de la Espol, en cambio, señala que la falta de un asesoramiento adecuado a los emprendedores incide en el fracaso de muchos de ellos.

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Otros de los factores son la falta de innovación, el tipo de negocios que se inician (inversiones en áreas básicas como tiendas de víveres, carretas de comida, papelerías, etc), la poca diferenciación que hay en estos e incluso la falta de capital, según los expertos.

Rovayo y Caicedo coinciden en que el emprendimiento es una carrera de mediano a largo plazo. “Es una tarea 24/7, que demanda esfuerzo, tiempo y mucho trabajo”, asegura Rovayo. Además recomiendan ser conscientes de que el resultado o los réditos del negocio no se verán de inmediato.

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Son precisamente los negocios nacientes, que pertenecen a emprendedores de 18 a 64 años, los más frecuentes en Ecuador y marcan el comportamiento de la TEA. Se trata de pequeñas empresas que están en la fase inicial por lo que no cuentan con empleados contratados, un periodo que se da por lo general durante los primeros tres meses.

Mientras, los negocios nuevos, de emprendedores de 18 a 64 años que han pagado sueldos entre los 3 y los 42 meses, ha venido disminuyendo, según el estudio.

La TEA está compuesta por un 25.9% por negocios nacientes y 9.8% por negocios nuevos, debido a ello se muestra alta en Ecuador, aunque los emprendimientos no necesariamente lleguen a consolidarse.

Virgina Lasio, decana de la Espae, explica que varios factores influyen para determinar lo que significa una TEA alta para un país. “Usualmente la gente dice “una TEA alta, somos lo mejores” y no es así necesariamente. Hay que mirar cómo se comportan otras variables, otros indicadores”, asegura.

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¿Pero cuáles son las razones que impulsan a los ecuatorianos a emprender? Según el GEM, en Ecuador se identifican dos razones principales por las cuáles surgen estos negocios: la necesidad (no tienen otra opción real de empleo) y la oportunidad (ser independientes o incrementar sus ingresos).

En Ecuador, al obtener el Índice de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) para el estudio del GEM, el 23.1% de los adultos afirmaron haber emprendido aprovechando una oportunidad, mientras 10.3% lo hicieron por necesidad. La tasa de emprendimiento por necesidad, al igual que en años anteriores, se encuentra por encima del promedio de América Latina y el Caribe.

Rovayo indica que la falta de trabajo ha impulsado el surgimiento de gran número de emprendimientos. “En el caso de los jóvenes es una alternativa ante la gran demanda de empleo y las pocas alternativas que se les presenta actualmente”.

El 55% de las personas que estaban empleadas en alguna actividad ganaban menos del salario mínimo ($ 366) en el tercer trimestre de este año, según las últimas cifras publicadas por el INEC. Es decir, más de la mitad de la población económicamente activa tiene ingresos menores a $ 366 al mes.

En este porcentaje se incluyen a las personas que tienen una actividad propia, ya sea como comerciantes ambulantes o porque son dueños de sus propios negocios.

De las personas con empleo o que realizan alguna actividad, el 42,5% lo hace de forma independiente, es decir, sin tener relación de dependencia (empleo formal).

Otro factor que se vuelve interesante para los expertos, y que destaca a Ecuador entre otros países, es la predisposición que existe en sus habitantes. Los ecuatorianos poseen una actitud emprendedora que los motiva a iniciar negocios.

“Si se queda sin empleo aquí en Ecuador, en la noche ya está haciendo cupcakes o lo que sea para vender. Busca la forma, existe esa cultura en el país”, afirma Xavier Ordeñana, profesor de Macroeconomía y Negocios Internacionales de la Espae.

Sin embargo, está la otra orilla, la de los que tienen temor a emprender. Ese miedo es uno de los factores que detiene a los ecuatorianos. El 35.5% de la población encuestada, según el GEM, señala el miedo al fracaso como uno de los obstáculos, siendo esta desconfianza mayor en las mujeres que en los hombres.

Según los expertos, aunque las condiciones para el emprendimiento no son las óptimas en el país por varias razones, sí es posible hacerlo.

Ordeñana indica que la recesión económica por la que atraviesa Ecuador no es un impedimento para iniciar un negocio y que un emprendimiento puede prosperar dependiendo del sector en el que se desarrolle. “Hay áreas en las que también hay oportunidades”, asegura. (I)